Cine Yenen: El cine Yenen de Sola se inaugura el 26 de enero de 1974, en pleno apogeo de estas instituciones y de dicha manifestación en el país.
Los cimientos se comenzaron por los jóvenes del E.J.T. en 1972 y los terminó el pueblo de Sola con muchas horas de trabajo voluntario, fue la última construcción de la Empresa de Cine en Camagüey.
La noche inaugural exhibió el filme “Manía de grandeza” (La Folie des grandeurs), coproducción de Francia, España, Italia y Alemania Occidental, realizada en 1971 por Gérald Oury con Louis de Funes e Yves Montand en los personajes protagónicos. El programa lo precedió un acto político dentro del cine, con participación del Poder local y regional y una representación del ICAIC provincial, Posterior al acto, se hizo la presentación de la película, con personas escogidas; sin embargo, había también gran cantidad de público, repletaban las aceras y césped contiguos, además de los tramos frontales de las calles colindantes. Esta masiva concurrencia reorientó favorablemente el programa previsto, de solo una exclusiva actividad inaugural para constructores e invitados, añadiendo una segunda tanda al pueblo que aguardaba fuera.
Finalmente, cuatro aspectos a matizar por separados: uno curioso, el otro interesante, el siguiente encomiástico y el de última mención excepcional. Era tanta la ansiedad por el cine nuevo, suponemos, que una nota de prensa de entonces -con foto incluida- anunció la inauguración de la obra meses antes de estar terminada, lo que originara una lógica comidilla en el poblado durante algún tiempo, a modo de ambiente de preestreno.
A propósito, hasta un estreno nacional tuvo por una sola vez el cine Yenén, envío que directamente nos llegara por Puerto Tarafa en Nuevitas, no por el despacho habitual desde Camagüey, fue la película franco-italiana: Tortúrame y bésame.
No obstante, hay algo más que nos debe enorgullecer de nuestro cine Yenén, haber sido la plataforma por excelencia del más nombrado y vital Cine club de apreciación cinematográfica fuera del ámbito adoquinado de Camagüey e inscrito por un “Delirio de grandeza en sangre” como “Luces de la ciudad”.
Para el terminal, un develamiento repentino y a la vez envanecedor a todo solariego, concerniente al inmueble. Dicho edificio es un prototipo de cine genérico en el país y concebido para urbanizaciones demográficamente inferiores a los 10 000 habitantes, su diseño y proyecto fue elaborado por el arquitecto Gervasio Corredera, profesional oriundo de Sola.
Sin dudas ese momento inicial del cine Yenén correspondió a circunstancias muy favorables: premieres semanales nacionalmente, bajo precio de entrada: 40 centavos, el séptimo arte en su plenitud, pocos contaban en el poblado con televisor y solo en blanco y negro, los prejuicios que prevalecían sobre la religión y la inexistencia de otras instituciones, como la Casa de Cultura o el Museo, suprimía los posibles competidores.
Pero debe reconocerse que los trabajadores del Yenén no descuidaron su promoción: Caridad Luján, cariñosamente Calila, una de las proyeccionistas y quien igualmente había trabajado en el anterior cine teatro Caridad, institución cultural decana de la localidad, conocía -de dicha experiencia- las personas asiduas al mismo y lo indicó previsoramente a sus nuevas compañeras.
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